De la Classicissima, al Clásico

Semana de mucho fútbol, del bueno, del de Champions entre semana y Barcelona-Real Madrid el domingo con la Liga en juego. ¿Saturación? Es posible. Por eso voy a escribir sobre ciclismo e invito a los que no seáis muy aficionados a jugar conmigo.

Dejad a un lado la constante sospecha de dopaje y los prejuicios. Incluso, las nacionalidades para un mayor disfrute (aunque apuntad el nombre de Juanjo Lobato). Dad un paso adelante y pensad en lo maravilloso de un deporte en el que casi dos centenares de ciclistas se van a vaciar a lo largo de 300 kilómetros (como de Madrid a Cáceres) sea cual sea la climatología en busca de una gloria que sólo uno de ellos se va a llevar en una carrera rota y loca. No, no me estoy refiriendo a la época del ciclismo en blanco y negro. Ni siquiera a la de Indurain. Lo que os cuento va a pasar el domingo.

La Milán-San Remo de 2013 se desarrolló bajo gélidas temperaturas. (Imagen: Gazzetta.it)

El pacificador es Florentino Pérez

Estaba pensando en escribir sobre Mourinho, el mourinhismo y la mourinhitis cuando leí en Twitter que Florentino Pérez convocaba una rueda de prensa. Aparté lo previsto y decidí esperar a las palabras del máximo mandatario del Real Madrid. Una vez concluida la comparecencia, decidí poner en cuarentena al entrenador portugués. Y mejor para todos.

Ahí apareció Florentino Pérez en el palco de honor del Santiago Bernabéu. Iba vestido de traje y corbata, pero un uniforme de los Cascos Azules de la ONU no hubiera desentonado del todo. Capitán general multitarea: ratificar a Carlo Ancelotti, defender a los jugadores y pedir la unidad de la afición. Lo que queda claro es que el presidente blanco no tiene la mano floja, porque le sobró tiempo para soltar más de una bofetada a algunos medios de comunicación madrileños en forma de contestaciones. 

Florentino Pérez salió a apagar el fuego. (Foto: Realmadrid.com)

Por una sede fija para la final de la Copa del Rey

En el mundo del fútbol español hay dos debates insustituibles a lo largo de un año. Uno es el del Balón de Oro, que si Messi o Cristiano Ronaldo. El otro es el de la sede para la final de la Copa del Rey. En este último, además, se produce una mezcolanza de razones que deja a España un tanto en ridículo. Porque la elección del estadio está cargado en no pocas ocasiones de elementos que llevarían al éxito más absoluto a cualquier serie cómica de televisión.

El Bernabéu, objeto de deseo entre culés e independentistas. (Foto: Marc-Flickr)

Un Real Madrid sin oxígeno

No seré yo el que le diga a Carlo Ancelotti cómo tiene que hacer las cosas en el Real Madrid. Lo que sí puedo es comentar, a partir de datos, lo que ya ha hecho. Desde que comenzara 2015 se ha desvanecido aquella versión del conjunto blanco que no sólo enamoró, sino que era capaz de controlar un partido de principio a fin. Las graves lesiones de Modric y James han sido parte de la causa, pero creo que hay otro factor clave: el cansancio. El técnico italiano no ha sido partidario de las rotaciones pese a las lesiones y, más allá del juego y el resultado, vemos un equipo que no domina como hace tres meses y que le cuesta meter velocidad al partido.

Toni Kroos ha jugado el 90,4% de minutos posibles (Foto: Realmadrid.com)